EL PÁRROCO CARLOS MANUEL RASTELLINI ANUNCIÓ DURANTE LA MISA DE LA VIGILIA PASCUAL DEL SÁBADO SANTO LA LLEGADA DE LOS ACEITES QUE SERÁ UTILIZADO PARA LOS DIFERENTES SACRAMENTOS DE ÉSTE AÑO.
Si se pregunta por qué el crisma ha sido introducido así en las funciones de la liturgia de la Iglesia, la razón se encuentra en su aptitud especial para este fin por razón de su significado simbólico. Pues el aceite de oliva, siendo por su propia naturaleza rico, difusivo y durable, es apto para representar la efusión abundante de la gracia sacramental, mientras que el bálsamo, que le da los olores más agradables y fragantes, tipifica la dulzura innata de la virtud cristiana. El aceite también les da fuerza y flexibilidad a las extremidades, mientras que el bálsamo preserva de la corrupción. Así, la unción con el crisma significa idóneamente la plenitud de la gracia y la fortaleza espiritual por las cuales somos capaces de resistir el contagio del pecado y producir las dulces flores de la virtud. "Pues nosotros somos para Dios el buen olor de Cristo…" (2 Cor. 2,15).